En la opinión de “El Dr Cizaña”
La semana pasada nos enterábamos que el cuerpo de seguridad “más moderno, especializado y honesto de México” se revelaba y llamaba a sus miembros en “activo” a paralizar operaciones de patrullaje y tareas asignadas para ir a bloquear algunas vialidades el 4 de julio (una fecha muy nacionalista) en protesta por la decisión que tomó presidencia y que diera a conocer Alfonso Durazo, secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPC) sobre la incorporación de la PF a la Guardia Nacional.
Las demandas de los uniformados son las siguientes:
- Que el Gobierno federal explique detalladamente el proceso de transferencia a la GN
- Respeto al mando civil de la GN
- No discriminación por sobrepeso o tatuajes
- Respeto de la antigüedad y grados jerárquicos
- No obligar a ningún elemento de la PF a pasar a la GN
Durazo, en respuesta a las demandas, exhortó a los efectivos a no dejarse influenciar por “la desinformación”, puesto que los derechos, prestaciones, antigüedad, capacitación y otros rubros de los policías serán siempre respetados en el proceso de transición.
Por su parte Patricia Rosa Linda Trujillo, coordinadora Operativa Interinstitucional de la Guardia Nacional, quien fuera increpada y encarada por algunos manifestantes, confirmó en conferencia de prensa que ningún elemento será despedido y mucho menos violentado en sus derechos, además, se comprometió a que ese mismo día se daría respuesta a las peticiones de los uniformados. Por último, señaló que el objetivo es generar un estatus de bienestar para todos.
Hasta ahí los hechos, ahora el análisis de los mismos.
Este cuerpo creado por Calderón en el 2009, tuvo un crecimiento exponencial en inversión humana y económica, pasando de 10mil a 40mil efectivos en menos de 10 años, además de recibir el 90% del presupuesto para la prevención del delito, pero esto no se veía reflejado en la disminución del delito o mejoramiento de la seguridad en el país, antes bien, se comenzaron a ventilar incontables hechos de corrupción y colusión de muchos miembros de esta institución con el crimen organizado.
Ahora bien, algo que los policías no dijeron en voz de uno de sus representantes y quien es ajeno la institución, nos referimos a Ignacio Benaventes (sentenciado por el delito de secuestro y cumplió la pena impuesta en el Cefereso Número 3, además de que tiene siete investigaciones abiertas en Sinaloa, Ciudad de México, Coahuila y Tamaulipas) es que no quieren presentar exámenes de control de confianza y eliminar las pruebas de polígrafo.
Por otro lado el que uno de los voceros del movimiento solicitara que el expresidente Felipe Calderón fuera su representante sindical generé aún más controversia.
El sentir del pueblo es otra cosa. Regularmente cuando se comete una injusticia en contra de una organización o colectivo el pueblo se suma a las demandas y está vez no sucedió así. El pueblo no olvida la cantidad de atropellos y atrocidades cometidos por Policía Federal en contra de maestros y activistas, desalojos violentos, secuestros y otros tantos ilícitos en los cuales estuvieron inmiscuidos. Hoy piden ayuda del pueblo cuando la mayor parte de las veces ellos no tuvieron consideración del mismo.
Obviamente no se puede generalizar pero la imagen con la que se impusieron nunca estuvo del lado del pueblo, ya que fueron usados (como siempre) para defensa de los intereses de unos cuantos.
Realmente esperemos que los buenos elementos sigan en cualquiera de las corporaciones de seguridad que existan, porque realmente ¡los necesitamos!