Un científico japonés llamado Masaru Emoto realizó estudios del agua en la cual se demuestra como la frecuencia de nuestras palabras puede alterar negativa o positivamente.
El explica que hay frecuencias, las altas y bajas bajas es todo lo relacionado a miedo, odio, rencor… y las frecuencias altas es todo lo contrario, es amor, felicidad, entusiasmo, libertad….
El científico explicó mediante un experimento como al congelar el agua a la par de hablarle o ponerle etiquetas con palabras, estas demuestran microscópicamente los átomos del agua, los cuales con la resonancia baja se veían átomos visualmente desagradables, parecido a la putrefacción.
En cambio con los átomos de agua con frecuencia positiva se veían hermosos copos los cuales demuestran y llegan a la conclusión de que las palabras que nosotros decimos, pensamos e interpretamos nos afectan puesto que nuestro cuerpo está compuesto de 60% de agua y si se pudo demostrar eso con un vaso de agua, lo mismo pasa en nuestro interior.
Así que, si vas a comprar un botella de agua, quítale la etiqueta y mándale muchos sentimientos positivos, sobretodo si estas enfermo. Y a tus seres queridos mándale esos pensamientos, esta en tus mandos hacer una diferencia.
Por: Gabriela Villagómez, Verónica Martín del Campo, Ignacio Valverde, Natural.mente.